Muchas veces en esta vida te sientes ofendido o defraudado por tus amigos o familiares por algo malo que te han hecho y piensas que no debería ser así.
Te pones a pensar y no encuentras el por qué de lo sucedido, sólo sigues enfadado con esa persona. Te acuerdas de que hace tiempo se la jugaste y le gastaste una broma de mal gusto, pero sigues pensando que la otra persona es la mala y tú no le vas a perdonar.
Esto no puede seguir así, no le puedes hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, si no te gusta que te hablen por motes, tú no pongas motes o si no quieres que te falten el respeto, tú no lo faltes.
Si eres una persona divertida, simpática y a la que le gusta gastar bromas, antes de hacer una piensa si a la persona que se la haces le molesta o si a ti te gustaría que te gastasen esa misma broma, porque todo el mundo no se toma las bromas de la misma manera.
También decirte que tienes que aprender a perdonar, es muy importante saber hacerlo, porque a ti también te gustaría que te perdonasen cuando cometes un fallo. Recuerda que un error puede tenerlo cualquiera y no siempre son con mala intención.
Ponte siempre en la piel de la otra persona, mira la vida desde su punto de vista, tómate las cosas con el sentido que verdaderamente tienen y como conclusión, nunca olvides que no puedes hacer a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti.
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