El rey por cartas al Cid luego a decir envió
que saliese de Castilla, del reino de su señor.
Cuando Rodrigo lo supo, pensad cuánto le pesó.
No tuvo ocasión de hablar en su defensa y favor
porque el rey de su pueblo, lo desterró.
Estaba muy afectado y, a llorar empezó,
y seguía con lágrimas en los ojos cuando el se marchó.
En su pueblo no entraría más, asín el rey lo ordenó
y quien permitiera lo contario, sería condenado sin pudor.
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